Jornadas Salamone

En Azul, del 6 al 9 de agosto, se desarrollaron las primeras Jornadas sobre el ingeniero arquitecto Francisco Salamone. Publico aquí la nota que salió en el diario EXTRA (www.diarioextra.com.ar) el domingo 16 de agosto, firmada por mí.


La nota original.


El portal del Cementerio de Azul.

Los cuatro días de Francisco Salamone

Azul es una localidad bonaerense conocida como "la ciudad cervantina", por su colección de ejemplares del Quijote. Pero, también, por cuatro días Azul fue algo más: la ciudad de Francisco Salamone, el lugar donde se concentraron los saberes y los testimonios sobre la obra de este genial y controvertido ingeniero arquitecto, en lo que fueron las 1ª Jornadas Salamone Azul 2009, realizadas del 6 al 9de agosto, al cumplirse medio siglo de su fallecimiento.
"Tal vez el viajero que atraviesa los kilómetros de pampa bonaerense suponga que a lo largo de su jornada, por mucho que recorra, siempre verá el mismo paisaje. Se equivoca, porque desparramados por el territorio de la provincia, como juguetes olvidados en una playa, están los fantásticos monumentos que construyó Francisco Salamone". Con estas palabras comenzaba una nota que publicó DIB, firmada por este cronista, en febrero de 2006.Con estas mismas (inesperadas) palabras, leídas por un locutor en el Teatro Español de Azul, empezaron las Jornadas, organizadas de manera conjunta por el Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), la municipalidad de Azul y el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. La inauguración oficial estuvo a cargo del intendente de Azul, Omar Duclós, el arquitecto y presidente de Icomos Argentina, Alfredo Conti, y funcionarios provinciales del área de Patrimonio.

Las ponencias
En la primera jornada, correspondiente al jueves 6 de agosto, se destacó el mediático historiador Eduardo Lázzari, quien optó por dejar de lado los detalles técnicos de la obra salamónica y se dedicó a una reseña de la vida del arquitecto. La noche estuvo marcada por la proyección de "Historias Extraordinarias", de Mariano Llinás, donde la provincia de Buenos Aires es paisaje y protagonista, y que incluye un fragmento sobre Francisco Salamone.
Inauguró la segunda jornada Alfredo Conti, quien destacó que la obra de Salamone tiene una gran importancia patrimonial por "su vastedad de producción, las escalas de diseño, la confluencia de tendencias de composición y expresivas, y el carácter simbólico para la identidad de las localidades". "No me parece una utopía",aseguró Conti", "que Argentina presente la obra de Salamone para ser Patrimonio Mundial". Tomaron la posta los arquitectos Carlos Pernaut y Alejandro Carrafancq, que fueron los primeros en hablar de Salamone en el mundo académico, a través de una investigación sobre la obra en Pringles, allá por 1982: "En principio llegamos a la obra de Salamone a través de la admiración, de la fotografía, y poco a poco se convirtió en un proyecto de investigación".Luego vino la disertación más aplaudida, la del arquitecto boliviano Gonzalo García Crispieri, que habló sobre "Arquitectura visible e invisible", donde lo "visible" es lo que todos conocen, como la obra de Niemeyer y otras eminencias, y lo "invisible" está constituido por Salamone, desconocido en el mundo. García Crispieri presentó la obra salamónica en diversos congresos en Perú y Bolivia.
El día final de las ponencias fue acaparado por la presentación de un "ciudadano a pie de Laprida", como se presentó José Enrique Doartero. Mostró imágenes de la construcción de obras de Salamone en su partido, y señaló por qué cree que ya están incorporadas al patrimonio: "Generación tras generación, las obras de la plaza, del Cementerio, de la Municipalidad, fueron respetadas". El cierre académico estuvo a cargo de Eduardo Lázzari, acompañado por una de las cabezas visibles de la organización de las Jornadas, la arquitecta Alicia Lapenta.

Un principio
Además, hubo muchísimas actividades artísticas vinculadas, y se inauguraron exposiciones de dibujo, pintura y fotografía. Se realizaron dos visitas guiadas, una por la ciudad y otra por los alrededores, cortesía de la Secretaría de Turismo de Azul. Ya finalizadas las Jornadas, quedó en el aire el sentimiento de la necesidad que había de esta primera reunión, para que se encontraran los conocedores de la obra de Salamone. Si será o no Azul el lugar del próximo encuentro, no se sabe. Sí está claro que hay que pensar maneras para que las obras de Francisco Salamone sean reconocidas como Patrimonio del mundo, y de que los habitantes de las localidades donde fueron erigidas se sientan aún más orgullosos de ellas.

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